7.5.07

 

EL BORRACHO

La persona que bebe mucho alcohol se descontrola, se marea y balbucea palabras sin sentido. Puede llegar a ser muy agresivo, matar o matarse el mismo. Los sinónimos de borracho son: beodo, ebrio, trompa, estar pedo, piripi, curda, mona, etc. Es como el cerdo que tiene muchas acepciones. Estos individuos no tienen control sobre si mismos, son unos irresponsables con un arma, con un vehículo o hasta con un micrófono entre las manos. Hay casos de “delirius tremens”, que llegan a ver en las paredes ratas, arañas y otros inmundos bichejos, están intoxicados y llegan a adquirir distintos cuadros de alteraciones físicas y psíquicas (cirrosis, hemorragias, parálisis, ceguera y atrofia cerebral) Hoy se trata como una enfermedad, que se cura por la fuerza de voluntad del propio individuo, diversas asociaciones colaboran con estos enfermos. Hay muchos ejemplos de recuperación, hoy nos lo brinda el magnífico actor Robin Williams que lleva 10 meses sin beber alcohol, ha reconocido su problema y le ha puesto solución. Después de 20 años había recaído.

Las diferentes campañas de la Dirección General de Tráfico nos advirtieron: “si bebes no conduzcas”, actualmente: “no podemos conducir por ti”. Lo trágico de las tasas de muertos por conductores ebrios es escalofriante, un 30% de conductores fallecidos habían bebido. Ciertamente ellos no pueden conducir por mí porque la responsabilidad es toda mía y me avisan constantemente de los peligros que nos acechan al volante. Porque el problema no es que se mate uno, es que destroce y arruine a una familia entera o los deje tetrapléjicos, por una mierda de copa de más. Pero resulta que siempre está el gracioso de turno y en este caso el señor José Mª Aznar, expresidente del Gobierno que afirmó: “Yo no quiero que nadie conduzca por mí… no admito prohibiciones de nadie…las copas de vino que yo tengo que beber déjame que las beba…” Será tonto el personajillo. Lo dicho ha sido una irresponsabilidad. Cuando ante ilustres someliers pudo quedar como un señor de la moderación y de la templanza y más cuando le han concedido la medalla de honor de la Academia del Vino. Le tendrían que haber dado una chapa para que juegue en la vía pública como un niño y venga un conductor borracho y le pegue un buen susto. Lo malo es que sus acólitos lo aplaudieron. ¿Estarían también trompas? ¿Después cantaron todos: “ a mí me gusta el pi, piripi, pi, pi y la bota empinar…?

ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS
Escritor

Comments: Publicar un comentario



<< Home

This page is powered by Blogger. Isn't yours?