30.4.07
DIEZ MIL PROTAGONISTAS
La Radio comenzó a emitir con Marconi en el año 1907, gracias a esas ondas magnéticas el mundo se comunicó con rapidez. Es uno de los grandes triunfos de la humanidad, después del fuego. La radio nos ha acompañado en alegrías y tristezas, de niños, de mayor y de ancianos. Es nuestra compañera a la cual queremos como a un buen amigo, más que a la tele que ya es decir. Porque la radio siempre te hace compañía, aunque no le hagas caso, aunque estés en otra habitación, te sigue hablando e informando.
El siglo pasado fue pródigo en locutores de radio y hoy son mitos de la radiodifusión. Solo recordaré algún nombre desaparecido y otros que aún siguen al pié del cañón, y perdón por los que me dejo en la pluma, comenzaré por Boby Deglané, Matías Prats (padre), José Luis Pécker, Joaquín Prats, Encarna Sánchez, Antonio Herrero, Juana Ginzo, Matilde Conesa, Joaquín Soler Serrano, Iñaki Gabilondo... fueron voces que nos ofrecieron horas de compañía y que las tuvimos en casa como un familiar más. Con ellos hemos reído, llorado, emocionado y amado. Nos dieron información y formación a través de sus programas.
En cualquier trabajo u oficio es muy difícil lograr “lo más alto, lo más lejos, lo más grande”, frase que se otorga a la persona que supera un reto y logra un récord. Uno de estos mitos vivientes es sin lugar a dudas Luis del Olmo Marote, que a sus jóvenes 70 años, está próximo a lograr una de esas metas tan ansiadas en la vida profesional llegar al programa: 10.000 de su magazine Protagonistas. Luis es una historia viva de la radio. Después de 33 años pegado al micrófono, en los cuales ha montado, desmontado emisoras y creado nuevas cadenas. Ha llevado la radio española por todo el mundo, bajado a las minas y subido a los palacios. Ha estado en guerras y en paces. Ha hecho escuela y creado un Museo en su pueblo. Pero no ha estado sólo en esta aventura porque un excelente equipo lo acompaña siempre y sobre todo su “cerebro gris en las sombras” Antonio Rúa. Luis tiene todos los premios habidos y por haber, quizás solo le falta el Príncipe de Asturias para su equipo, que sería el máximo galardón a su carrera. Los diez mil protagonistas que han pasado por su programa lo reclaman, para culminar su carrera.
Del Olmo ha puesto el listón tan alto en las ondas que será muy difícil que sea superado. El relevo generacional lo tiene difícil, porque es uno de los ejemplos de hacer radio con moderación, con educación, con información y con cariño. Con ese mismo afecto como radioyente lo felicito cordialmente. Un descendiente de El Bierzo.
El siglo pasado fue pródigo en locutores de radio y hoy son mitos de la radiodifusión. Solo recordaré algún nombre desaparecido y otros que aún siguen al pié del cañón, y perdón por los que me dejo en la pluma, comenzaré por Boby Deglané, Matías Prats (padre), José Luis Pécker, Joaquín Prats, Encarna Sánchez, Antonio Herrero, Juana Ginzo, Matilde Conesa, Joaquín Soler Serrano, Iñaki Gabilondo... fueron voces que nos ofrecieron horas de compañía y que las tuvimos en casa como un familiar más. Con ellos hemos reído, llorado, emocionado y amado. Nos dieron información y formación a través de sus programas.
En cualquier trabajo u oficio es muy difícil lograr “lo más alto, lo más lejos, lo más grande”, frase que se otorga a la persona que supera un reto y logra un récord. Uno de estos mitos vivientes es sin lugar a dudas Luis del Olmo Marote, que a sus jóvenes 70 años, está próximo a lograr una de esas metas tan ansiadas en la vida profesional llegar al programa: 10.000 de su magazine Protagonistas. Luis es una historia viva de la radio. Después de 33 años pegado al micrófono, en los cuales ha montado, desmontado emisoras y creado nuevas cadenas. Ha llevado la radio española por todo el mundo, bajado a las minas y subido a los palacios. Ha estado en guerras y en paces. Ha hecho escuela y creado un Museo en su pueblo. Pero no ha estado sólo en esta aventura porque un excelente equipo lo acompaña siempre y sobre todo su “cerebro gris en las sombras” Antonio Rúa. Luis tiene todos los premios habidos y por haber, quizás solo le falta el Príncipe de Asturias para su equipo, que sería el máximo galardón a su carrera. Los diez mil protagonistas que han pasado por su programa lo reclaman, para culminar su carrera.
Del Olmo ha puesto el listón tan alto en las ondas que será muy difícil que sea superado. El relevo generacional lo tiene difícil, porque es uno de los ejemplos de hacer radio con moderación, con educación, con información y con cariño. Con ese mismo afecto como radioyente lo felicito cordialmente. Un descendiente de El Bierzo.