4.4.07
¡¡ LA BOLSA O LA VIDA !!
La bolsa o la vida era la frase que empleaban los asaltadores de caminos cuando te atracaban.
O les dabas el dinero o te mataban, y también te lo arrebataban. Podías optar por dar la bolsa
Llena de monedas y así podías salvar tu vida.
Hoy esta práctica se puede equiparar a la bolsa, a las acciones, al Ibex y a las especulaciones con los valores bursátiles, sellos o pirámides fraudulentas. Vivimos sobresaltados, preocupados e inseguros con este tipo de inversiones. Suben, bajan, se suspenden cotizaciones, opas, contraopas, comprar y vender rápido esa es la cuestión. Hay pececillos y auténticos tiburones, nosotros somos la “moralla”. Estamos en una angustia constante pensando que la gran ballena se nos va a engullir.
Mientras alguien se está “forrando”, tú sufres por tus miserables ahorros de toda una vida que pueden desaparecer de la noche a la mañana por una mala gestión, una operación financiera internacional o por el chorizo de turno. Acabo de salir de la bolsa, porque en ello me iba ya la vida. Vendí los Ibex y las Endesa que tenía a precio de mercado. A mí ya me importa “un pito” si las grandes empresas se las queda uno u otro, de aquí, de allá o de acullá, porque es seguro que ninguno rebajará la energía o los servicios a los sufridos consumidores. ¡¡Anda y que les den tres duros!! Antes que la bolsa, prefiero la vida.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS
Empresario y escritor
O les dabas el dinero o te mataban, y también te lo arrebataban. Podías optar por dar la bolsa
Llena de monedas y así podías salvar tu vida.
Hoy esta práctica se puede equiparar a la bolsa, a las acciones, al Ibex y a las especulaciones con los valores bursátiles, sellos o pirámides fraudulentas. Vivimos sobresaltados, preocupados e inseguros con este tipo de inversiones. Suben, bajan, se suspenden cotizaciones, opas, contraopas, comprar y vender rápido esa es la cuestión. Hay pececillos y auténticos tiburones, nosotros somos la “moralla”. Estamos en una angustia constante pensando que la gran ballena se nos va a engullir.
Mientras alguien se está “forrando”, tú sufres por tus miserables ahorros de toda una vida que pueden desaparecer de la noche a la mañana por una mala gestión, una operación financiera internacional o por el chorizo de turno. Acabo de salir de la bolsa, porque en ello me iba ya la vida. Vendí los Ibex y las Endesa que tenía a precio de mercado. A mí ya me importa “un pito” si las grandes empresas se las queda uno u otro, de aquí, de allá o de acullá, porque es seguro que ninguno rebajará la energía o los servicios a los sufridos consumidores. ¡¡Anda y que les den tres duros!! Antes que la bolsa, prefiero la vida.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS
Empresario y escritor