24.1.07

 

CIERRE DE EMPRESAS

Sabemos que las empresas igual que las personas tienen su caducidad. Es decir pueden nacer, crecer y morir. Que equivale a crearse, desarrollarse y cerrarse.
Hoy en día la temible frase es la “deslocalización”, que debe venir de locos. Las empresas se marchan a otros países en busca de mano de obra barata o las tres bes “bueno, bonito y barato”, o la explotación del ser humano. Quizás estén en su obligación de aumentar más sus beneficios a costa de unos infelices. Aunque la avaricia, la ambición y la especulación juega mucho en este tipo de empresas. Y los despidos dejan desempleados, familias rotas e hipotecas por pagar.

No es lógico que empresas que en su día recibieron ayudas, subvenciones y excelentes tratamientos fiscales, al cabo de unos años quieran marcharse a otros lugares. Esto no es de recibo y las Autoridades deberían no admitir ningún cierre injustificado o que comporte la fabricación del mismo producto en otro lugar, para luego revenderlo aquí otra vez y con mayores beneficios. Yo obligaría a devolver todas las ayudas recibidas, retornar los beneficios obtenidos y dejar la fábrica, industria o empresa como está entregándola a la Administración o a los empleados.

Un ejemplo de defensa y protección de una empresa nos lo da la oscarizada artista británica Emma Thompson, que ante el cierre de una fábrica en Gales de la mítica firma Burberry, para trasladarla a China, ha sentenciado que “no comprará ningún producto si lleva made in China, ya que la prenda puede catalogarse de falsa”. Le doy la razón y añado que no deberíamos comprar nada de una empresa que habiendo estado en España se ha “deslocalizado” y ahora el mismo producto u otros nos lo venden desde otros países. Tendríamos que proteger y defender a “capa y espada” nuestros “made in Spain, made in Catalonia, made in Galizia, made in Euskadi...”.

ABRAHAM MÉNDEZ

 

DESPELOTES

El Full-Monty ya estaba inventado en Barcelona hace años. Barcelona es diferente porque es la única ciudad, quizás del mundo, que en sus ordenanzas municipales permite ir desnudo completamente por las calles. Jamás nadie te dirá nada, ni te detendrán, muchos se sonrojarán, criticarán, insultarán o te invitarán a cubrir tus miserias o partes nobles. Por toda la ciudad circula un señor mayor desnudo completamente, pero con móvil en mano y un anillo en su pene, y hasta le hacen entrevistas gratis. Hace pocos meses un joven apareció en grandes carteles despelotado, aunque tapando sus cosas con las manos. Con el nombre político de Ciudadanos quería ser presidente de la Generalitat de Catalunya y su mensaje era que entraba sin nada y quería salir igual, es decir con los bolsillos vacíos. Un tema folclórico y poco serio de hacer política pero muchos picaron el anzuelo de “más vale una imagen que mil palabras”, aunque luego te engañen en sus orígenes políticos o no puedan cumplir sus compromisos.

A la joven gallega Ana Mª Ríos Bemposta, peluquera de Arcade, que sufrió cárcel en Cancún en su luna de miel, a su regreso le propusieron aparecer semidesnuda en una revista y aceptó. Creo que está en todo su derecho y libertad de salir desnuda en la revista Interviú y más si es para pagar gastos y costas de sus abogados, del lamentable episodio que vivió. Aunque es triste que una mujer tenga que desnudarse para lograr un dinero. ¿Porqué a su marido no le hacen una foto despelotado?. Como la moda es salir desnudo en calendarios y revistas la concejala por el P.P. de Lepe Mª Dolores Jiménez también ha posado desnuda, muy discreta y con su excelente figura ha causado admiración por su valentía, aunque no sabemos con que fin, ni donde está el chiste.

Y lo contrario del despelote es ir como una lagarterana. El señor Alberto Fernández Díaz del Partido Popular, concejal del Ayuntamiento de Barcelona, ha propuesto suprimir el “burka” que usan las mujeres árabes, por imposición de sus maridos, religión o cultura. Esta proposición ha sido tachada de “frívola, crear polémica, inconsistente y otros apelativos”. Opino, y que no sirva de precedente, que tiene razón y estoy al lado del señor Fernández-Díaz. La mujer no tiene porqué ocultarse tras velos, chilabas, burkas, ni pasamontañas por su religión o imposición social, al menos en España. Otra cosa es que en su país de origen la mujer musulmana quiera o la obliguen a usar lo que la impongan. La dignidad y la libertad del hombre y de la mujer deben estar muy por encima de exhibicionismos, de exagerados despelotes o de ridículos y obsoletos tapados hasta los ojos.
ABRAHAM MÉNDEZ

10.1.07

 

LAS MUJERES DE E.T.A.

A los hombres nos han enseñado que para tener honor y hombría de bien se debe respetar la palabra dada. La frase “palabra de honor” no es baladí entre los hombres de buena fe. Es posible que hoy tenga menos valor y tienen que intervenir terceras personas o notarios que den fe y sellen un compromiso. Entre el campesinado o en las ferias de animales, al menos antiguamente, con un apretón de manos se cerraba un trato, un acuerdo, una venta: era palabra de Ley. Incluso cuando un empedernido jugador de cartas perdía una fortuna, sus bienes y hasta a su propia esposa, porque como un enfermo la trata como un objeto, o cumplía la palabra o se suicidaba por el deshonor.
De las mujeres hay poca historia en este sentido de honorabilidad, porque que en el transcurso de la historia jamás se la tuvo en cuenta y no las dejaron tomar decisiones, es decir no se contaba con su voluntad. Cuando las mujeres de la banda terrorista E.T.A. se presentaron encapuchadas y ofrecieron “un alto el fuego definitivo” yo las creí. Creí en su palabra de honor y pensé que se habían impuesto a las crueles y bárbaras tesis de los hombres de seguir matando. Apostaban por la paz, aunque ésta como afirmó nuestro presidente J. L. Rodríguez Zapatero fuera “larga, dura y difícil”. Di crédito a la “palabra de mujer”, pero me han decepcionado y está claro que siguen sin pintar nada en esta sociedad. No era necesario la capucha, precisaban un burka. No han sabido imponerse a los oscuros planteamientos de los terroristas, de la “kale borroka”, del tiro en la nuca o del coche bomba. Han vuelto a matar a dos inocentes y causado daños millonarios, sin beneficio alguno Han dejado a una sociedad dividida, alucinada y rabiosa. Todos creímos en las palabras de las mujeres, aunque fueran terroristas o independentistas. Y hay normas que no se pueden incumplir unilateralmente.
¿Alguna de esas mujeres tiene “bemoles” para tomar el hacha, de su propio símbolo de muerte y cortar la cabeza de la serpiente que tiene atenazado al pueblo? ¡¡ La libertad de una nación no se alcanza amontonando cadáveres !!

ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS

8.1.07

 

LA EUTANASIA

Todos recordamos el sufrimiento del enfermo señor José Luis Sanpedro y las escenas de la película que magistralmente protagonizó Javier Bardem. Escenificó su tragedia y le dio vida después de la muerte como una denuncia a la sociedad. El mensaje es que un ser humano deseaba morir y nada ni nadie podía privarle de esa decisión, antes de mal vivir o estar postrado toda su vida en una cama, deseaba morir con dignidad, sabiendo lo que hacía. Hace unos días un médico desconectó el respirador que mantenía con vida, con cables y tubos, al italiano Piergiorgio Welby y ahora el doctor se enfrentará a serios problemas con la justicia, por realizar un acto humanitario.

La consejera de Justicia de la Generalitat de Catalunya doña Montserrat Tura argumenta que “la sociedad está madura para pensar que efectivamente la eutanasia es una solución humanitaria y que el tratamiento vital es el derecho del enfermo a no ser mantenido de forma artificial”. Tiene toda la razón. Mi madre acaba de fallecer a los 88 años de edad y aunque yo hubiese querido que llegara a los 100, hacía casi dos años que estaba postrada en una cama como un vegetal, tenía alhzeimer y estaba privada de toda esperanza y de reanimación. Tomaba varios medicamentos, las enfermeras la cuidaban, aseaban, limpiaban y le daban de comer y si no le aplicaban una sonda para alimentarla. Mi pobre madre ni conocía, ni sabía que hacía en la Residencia, pero es seguro que sufría. Una vez me pidió: ¡hijo, quiero morir!, porque ya no hacía nada en este mundo. Pero era mi madre y no queríamos que muriera lúcida.

Por todo ello creo que se debe replantear la eutanasia compasiva, como un mal menor al sufrimiento y un bien al enfermo irrecuperable, que evitaría el alargamiento con formas artificiales de la vida y así descansaría antes y en paz.

ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS

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