23.1.08
1641-EL DEFENESTRADO
EL DEFENESTRADO:
Los partidos políticos son entes sin corazón, ni razonamientos solo les guía los intereses económicos y de poder, de dominio de todo lo divino y lo humano. Al núcleo duro de toda formación política no les importa las necesidades del pueblo se sirven de él para sus propósitos, buscando el voto desesperada, ansiosamente con propuestas, ofrecimientos draconianos que luego son imposibles de cumplir. Los políticos profesionales se creen pequeños dioses que mandan y ordenan sobre vidas y haciendas de los ciudadanos, ya que pueden hacer y deshacer al estar al mando de las instituciones. Son una rara especie, una raza diferente. Una vez se acuño la frase “el que se mueve no sale en la foto” y es bien cierto. Todo acólito de político discordante con una ideología carca es defenestrado, obligado a dimitir o sumirse en las sombras del olvido.
El diccionario recoge la palabra defenestrado como: “Separar o expulsar a una persona de su cargo, especialmente si es de forma inesperada. Arrojar a una persona por una ventana” Eso es lo que les ocurrió al señor Piqué (expresidente del P.P. en Cataluña), al señor Matas (expresidente de Baleares) que tuvieron que dimitir por no estar conforme con la dureza empleada por los mandos del P.P., con sus gestos y formas conservadoras. Ahora le ha tocado al moderado y admirado señor Alberto Ruiz Gayardón. Ha sido defenestrado, tirados por la ventana sus deseos de llegar a cotas más altas. En cambio colocan en lugares de privilegio a “tiburones” de multinacionales que se han forrado con el alza de la bolsa, al conocer sus vericuetos. Personas no independientes que doblan la testuz a los deseos políticos del gran jefe y firman de inmediato su entrada en el partido. Está claro que la línea que divide al político del ciudadano normal es muy ancha y el pueblo debe valorar su voto y decidir su futuro. El señor Rajoy y toda su camarilla se han equivocado y las urnas decidirán. No sé si al señor Gallardón lo han defenestrado, tirado a la basura pero le han frenado sus sueños por intereses partidistas, creo que debe salirse del P.P. y afiliarse, ser independiente o reforzar un partido de centro o centro izquierda, más cercano a los ciudadanos, a su talante más moderado, a sus ganas de servir al pueblo.
Los partidos políticos son entes sin corazón, ni razonamientos solo les guía los intereses económicos y de poder, de dominio de todo lo divino y lo humano. Al núcleo duro de toda formación política no les importa las necesidades del pueblo se sirven de él para sus propósitos, buscando el voto desesperada, ansiosamente con propuestas, ofrecimientos draconianos que luego son imposibles de cumplir. Los políticos profesionales se creen pequeños dioses que mandan y ordenan sobre vidas y haciendas de los ciudadanos, ya que pueden hacer y deshacer al estar al mando de las instituciones. Son una rara especie, una raza diferente. Una vez se acuño la frase “el que se mueve no sale en la foto” y es bien cierto. Todo acólito de político discordante con una ideología carca es defenestrado, obligado a dimitir o sumirse en las sombras del olvido.
El diccionario recoge la palabra defenestrado como: “Separar o expulsar a una persona de su cargo, especialmente si es de forma inesperada. Arrojar a una persona por una ventana” Eso es lo que les ocurrió al señor Piqué (expresidente del P.P. en Cataluña), al señor Matas (expresidente de Baleares) que tuvieron que dimitir por no estar conforme con la dureza empleada por los mandos del P.P., con sus gestos y formas conservadoras. Ahora le ha tocado al moderado y admirado señor Alberto Ruiz Gayardón. Ha sido defenestrado, tirados por la ventana sus deseos de llegar a cotas más altas. En cambio colocan en lugares de privilegio a “tiburones” de multinacionales que se han forrado con el alza de la bolsa, al conocer sus vericuetos. Personas no independientes que doblan la testuz a los deseos políticos del gran jefe y firman de inmediato su entrada en el partido. Está claro que la línea que divide al político del ciudadano normal es muy ancha y el pueblo debe valorar su voto y decidir su futuro. El señor Rajoy y toda su camarilla se han equivocado y las urnas decidirán. No sé si al señor Gallardón lo han defenestrado, tirado a la basura pero le han frenado sus sueños por intereses partidistas, creo que debe salirse del P.P. y afiliarse, ser independiente o reforzar un partido de centro o centro izquierda, más cercano a los ciudadanos, a su talante más moderado, a sus ganas de servir al pueblo.