CARTAS AL DIRECTOR - Abraham Méndez

Todo museo por pequeño o insignificante que sea, aporta unos conocimientos, unas historias, unas vivencias y una riqueza cultural, con temáticas diferentes que son difíciles de valorar. Cada día aparecen museos que muestran todo su continente, imponentes edificios, grandes instalaciones, modernas estructuras que deleitan nuestra vista y juegan con nuestra imaginación. Algunas obras faraónicas de difíciles formas arquitectónicas que han creado prestigiosos arquitectos o diseñadores de la época actual o de tiempos pasados. Muchas antiguas fábricas, palacetes y edificios modernistas o de “indianos” se aprovechan para adecuarlas como museos. Sus formas, ornamentos y tipologías de su arquitectura son motivo de concursos nacionales e internacionales. Es decir se pretende dar el mismo protagonismo al continente que al contenido.

En este aspecto cada pueblo quiere tener su museo, galería o exposición donde exponer muestras de arte permanentes o itinerantes. Es de destacar la labor de los alcaldes o de sus consejeros culturales que en el entorno de los edificios de su zona, aprovechan casas, masías y edificios centenarios para instalar el Museo del Pueblo. Encuentro muy acertadas estas decisiones y creo que por muy pequeña que sea la población debería tener uno o más lugares de cultura Museos vivos, no muertos, con muestras didácticas de todo tipo. Cualquier historia es buena para recordar un pasado y mostrar a nuestros hijos o nietos donde comenzó la vida, y como hemos desarrollado nuestras capacidades intelectuales, industriales, culturales y humanas.

Felicito a los Alcaldes de pueblo que apuestan por la cultura, porque detrás o delante de la cultura está la educación, la tolerancia, la comprensión, la libertad y la sensibilidad del ser humano. En un museo se conserva parte del patrimonio, se mantiene una tradición y se enseña a sus habitantes el pasado, el presente y el futuro de la sociedad.

ABRAHAM MÉNDEZ
Director Museo del Escritor
Roda de Barà-Tarragona