19.4.07
RIOTINTO
He visto la magnífica película “En el corazón de la tierra”, del director Antonio Cuadri, que evoca la tragedia de Riotinto un pueblo de Huelva donde los ingleses en el año 1888 explotaban las minas y a los habitantes de ese pueblo. Está claro que los ingleses actuaron en España y en otros lugares del mundo, como en la India, en calidad de colonizadores, si bien es cierto que aportaron una cultura muy importante y tuvieron la gran idea de crear su Commenwell, su mercado común, cosa que España no supo hacer con todos los países hispanos, pero esta es otra historia de despropósitos.
Los mandos ingleses estaban acostumbrados a tener sirvientes, más que empleados y así trataban al pueblo donde explotaban sus empresas. Ellos tenían su club social y deportivo y practicaban el tenis, el golf, el bridge o el fútbol, aunque este deporte no fue motivo de confraternidad como uno de los capataces de la mina, en la película, pretende. La película es el recuerdo de un suceso olvidado y una denuncia a la sociedad en general. La explotación laboral en toda regla, el envenenamiento del aire por humos tóxicos de la mina de cobre, los enfermos mal tratados, la opresión de un pequeño pueblo, del asesinato a tiros por parte del ejército de los huelguistas y luego a bayoneta calada, con el beneplácito del rey, del alcalde corrupto y con la pasividad de la Guardia Civil. Al fin el triunfo amargo de la ansiada libertad, al lograr con la muerte de inocentes, la vida sana para sus hijos. Todo un ejemplo que debemos tomar como bandera para casos actuales.
Porque “Ríostintos” hay muchos en España. Algunas empresas contaminan, tienen fugas radioactivas, arrojan basuras tóxicas, hay chapapotes, incendios en las minas o fugas de azufre, como las últimas noticias nos alertan. Empresas que después de esquilmar la zona, de obtener prebendas, de “exportar” sus beneficios, luego cierran y se van a buscar esclavos a otros países. Cada vez que se explota a un hombre, una mujer o un niño se está cometiendo un atentado contra la humanidad. En el caso que describe la película, interpretada por excelentes actores, se cometieron abusos de los que no sé si algún día alguien pedirá perdón u ofrecerá sus excusas. Una película para ver, una historia para no olvidar.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS
Los mandos ingleses estaban acostumbrados a tener sirvientes, más que empleados y así trataban al pueblo donde explotaban sus empresas. Ellos tenían su club social y deportivo y practicaban el tenis, el golf, el bridge o el fútbol, aunque este deporte no fue motivo de confraternidad como uno de los capataces de la mina, en la película, pretende. La película es el recuerdo de un suceso olvidado y una denuncia a la sociedad en general. La explotación laboral en toda regla, el envenenamiento del aire por humos tóxicos de la mina de cobre, los enfermos mal tratados, la opresión de un pequeño pueblo, del asesinato a tiros por parte del ejército de los huelguistas y luego a bayoneta calada, con el beneplácito del rey, del alcalde corrupto y con la pasividad de la Guardia Civil. Al fin el triunfo amargo de la ansiada libertad, al lograr con la muerte de inocentes, la vida sana para sus hijos. Todo un ejemplo que debemos tomar como bandera para casos actuales.
Porque “Ríostintos” hay muchos en España. Algunas empresas contaminan, tienen fugas radioactivas, arrojan basuras tóxicas, hay chapapotes, incendios en las minas o fugas de azufre, como las últimas noticias nos alertan. Empresas que después de esquilmar la zona, de obtener prebendas, de “exportar” sus beneficios, luego cierran y se van a buscar esclavos a otros países. Cada vez que se explota a un hombre, una mujer o un niño se está cometiendo un atentado contra la humanidad. En el caso que describe la película, interpretada por excelentes actores, se cometieron abusos de los que no sé si algún día alguien pedirá perdón u ofrecerá sus excusas. Una película para ver, una historia para no olvidar.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS