17.8.06
“MOULIN ROUGE”(?) 31/07/2006
Un lector solicitaba que caso de abrir el mítico teatro de El Molino se denominara Moulin Rouge, porque cree que fue su último nombre. He de hacer unas matizaciones. En un principio el establecimiento se llamó La Pajarera (1910), luego Petit Molin Rouge (1911) y en épocas franquistas, al imponerse el idioma del imperio, porque el rojo les producía urticaria, el gobernador González Oliveros ordenó su cambio a El Molino (1939). Así ha sido hasta nuestros días.
Por todo ello es difícil aplicar la “rotulación primigenia” como pide el lector, ya que debería llamarse La Pajarera y quizás ya tenemos demasiados pajarracos en nuestra sociedad. Además Moulin Rouge sólo hay uno en el mundo y está en Paris. Aquí tenemos nuestro viejo Molino, que gracias al esfuerzo, tiempo y dinero empleado por la empresaria la señora Elvira Vázquez (business meeting point), y las correspondientes administraciones y sponsors es posible que sea una realidad. He visto los planos y los proyectos del nuevo music-hall y me han satisfecho mucho, ya que respeta la fachada, amplía la calle y le da esplendor. Esperemos que pronto volvamos a ver “girar” las aspas de El Molino, a sus trabajadores y a las Molineras, lo más importante del espectáculo.
Abraham Méndez Ramos
Autor de: El Molino de la Vida
Por todo ello es difícil aplicar la “rotulación primigenia” como pide el lector, ya que debería llamarse La Pajarera y quizás ya tenemos demasiados pajarracos en nuestra sociedad. Además Moulin Rouge sólo hay uno en el mundo y está en Paris. Aquí tenemos nuestro viejo Molino, que gracias al esfuerzo, tiempo y dinero empleado por la empresaria la señora Elvira Vázquez (business meeting point), y las correspondientes administraciones y sponsors es posible que sea una realidad. He visto los planos y los proyectos del nuevo music-hall y me han satisfecho mucho, ya que respeta la fachada, amplía la calle y le da esplendor. Esperemos que pronto volvamos a ver “girar” las aspas de El Molino, a sus trabajadores y a las Molineras, lo más importante del espectáculo.
Abraham Méndez Ramos
Autor de: El Molino de la Vida