30.5.07
MAY DAY, MAY DAY:(Socorro, Socorro)
Los profanos en salvamentos o casos de emergencia ignoramos las señales de tierra, mar o aire que suelen emitir para ser socorridos. No obstante por las películas americanas el famoso May Day, May Day, que emitían los aviadores o marinos americanos ha quedado gravado en nuestra memoria. En nuestras latitudes también se emplea, aunque nosotros decimos: ¡socorro, socorro! ante una señal de alarma.
El barco de mi hijo es una Goleta Turca que se dedica a “vacaciones en el mar” que sufrió un incidente marítimo dentro del Puerto de Valencia y el patrón de la nave, ante la imposibilidad de gobernar el barco, fondeó con el ancla y procedió a efectuar una llamada de auxilio por radio a Salvamento Marítimo, el cual los dirigió a la Corporación de Prácticos. Acudieron inmediatamente remolcando el barco al amarre, en una maniobra que duró unos 10 minutos. A raíz de esta asistencia se presentó una factura de 3.000 € (500.000-ptas.). Al existir dos maneras de interpretación del auxilio prestado el Juzgado Marítimo tuvo que intervenir y escuchar a las partes, dándole la razón a mi hijo.
Hasta aquí parecería una historia más de marineros y sus conflictos marítimos. Pero resulta que mi hijo se ha enterado que los importes que la Corporación de Prácticos de Valencia recibe por esas eventuales asistencias, pues no es su cometido, lo dedica íntegro a la Asociación Española Contra el Cáncer y como mi hijo está muy sensibilizado con este problema (su madre y yo mismo lo padecemos) ha decidido donar una parte de lo reclamado en primera instancia. Entiendo que el litigio entre entidades se ha solucionado por vías jurídicas, pero ha servido para conocer la “humanidad de algunas entidades”, pues lo más importante es tocar el corazón de las personas ante una grave enfermedad, que hoy en día asumimos en la esperanza de que la vida continúa y debemos colaborar con los que claman ¡may day may day! ¡socorro, socorro!
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS
Enfermo de cáncer con metástasis
Director Museo del Escritor
www.museodelescritor.org
El barco de mi hijo es una Goleta Turca que se dedica a “vacaciones en el mar” que sufrió un incidente marítimo dentro del Puerto de Valencia y el patrón de la nave, ante la imposibilidad de gobernar el barco, fondeó con el ancla y procedió a efectuar una llamada de auxilio por radio a Salvamento Marítimo, el cual los dirigió a la Corporación de Prácticos. Acudieron inmediatamente remolcando el barco al amarre, en una maniobra que duró unos 10 minutos. A raíz de esta asistencia se presentó una factura de 3.000 € (500.000-ptas.). Al existir dos maneras de interpretación del auxilio prestado el Juzgado Marítimo tuvo que intervenir y escuchar a las partes, dándole la razón a mi hijo.
Hasta aquí parecería una historia más de marineros y sus conflictos marítimos. Pero resulta que mi hijo se ha enterado que los importes que la Corporación de Prácticos de Valencia recibe por esas eventuales asistencias, pues no es su cometido, lo dedica íntegro a la Asociación Española Contra el Cáncer y como mi hijo está muy sensibilizado con este problema (su madre y yo mismo lo padecemos) ha decidido donar una parte de lo reclamado en primera instancia. Entiendo que el litigio entre entidades se ha solucionado por vías jurídicas, pero ha servido para conocer la “humanidad de algunas entidades”, pues lo más importante es tocar el corazón de las personas ante una grave enfermedad, que hoy en día asumimos en la esperanza de que la vida continúa y debemos colaborar con los que claman ¡may day may day! ¡socorro, socorro!
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS
Enfermo de cáncer con metástasis
Director Museo del Escritor
www.museodelescritor.org