7.6.07
EL SOCIALISMO DEL SIGLO XXI
Digan lo que digan José Luis Rodríguez Zapatero, y su equipo, con su talante moderado, sus formas y maneras es el precursor del nuevo socialismo del siglo XXI. Una nueva forma de afrontar los problemas de la población, nuevas ideas, nuevos retos sociales, avance de los derechos, las igualdades sociales, económicas y humanitarias. Ante la Alianza de Civilizaciones estamos a la expectativa, la lógica búsqueda de la paz con terroristas, las nuevas leyes que favorecen a colectivos marginados durante siglos, el olvido de derechos históricos hoy se reivindican para que se conozca la verdad y así sucesivamente
Ante un acercamiento a nuestros hermanos de sangre de Cuba y Venezuela y otros países de los llamados “raros”, el ciudadano de a pie se muestra perplejo, no comprendemos la alta política, los bajos fondos de los Estados o de las alcantarillas diplomáticas. No hay ninguna duda que España apuesta por la paz, la concordia y la amistad con el resto del mundo. Aplaudimos la retirada de Irak porque somos pacíficos y nuestro ejército no debe ser combativo, sino defensivo y humanitario. Hasta el nuevo presidente de Francia señor Sarkozy tomó ejemplo de esas formas y maneras de nuestro presidente y, tal vez, le sirvió para ganar las elecciones. Quizás esa derecha aplique y adopte medidas progresistas y no conservadoras, la prueba es que ha fichado ministros de la izquierda y de centro.
El efecto ZP puede ser un gran bálsamo porque hasta Condolenza Rice solo nos llama al orden por Fidel y Chávez, y no nos castiga por ser independientes del gendarme de EE.UU. Estámos expectativos con el nuevo socialismo del siglo XXI que pregona Hugo Chávez, presidente electo de Venezuela, que denomina “chavismo” o “bolivarismo”. Pero su slogan “socialismo, libertad o muerte” suena a viejos alegatos contra el imperialismo arcaico o a islamista radical. Creo que es mejor “humanismo y vida”. Chávez es la reencarnación de un Simón Bolívar, pero anclado en un pasado caduco. Hoy un país democrático no cierra emisoras de radio o televisión, ni silencia a los periodistas, ni encarcela a escritores disidentes por sus ideas como sucede en Cuba o asesinan a periodista como en Rusia. Un país libre y democrático denuncia a esos medios o empresas ante la justicia, como ocurre en España con la COPE, y las leyes, los tribunales o el pueblo son los que dan o quitan la razón. No se actúa como la camorra o los capos de la droga.
En Venezuela se tiende al poder absoluto del Estado, al mandar sobre las personas y sus mentes, al igual que en Cuba, Corea o la antigua URSS, el viejo y utópico comunismo. Es cierto que hay una vergonzosa desigualdad en las clases sociales, un enorme desequilibrio en las economías, corrupción, evasión de capitales, empresas dominadas por foráneos… Pero no se puede ser populista con el maná del petróleo, algún día se acabará y se morderán unos a otros. Es necesario crear riqueza, empresas, escuelas, universidades, centros de formación, etc. Hasta la China comunista se ha dado cuenta que la revolución empieza por el trabajo, la paz y la libertad del ciudadano, aunque está a años luz de solucionar el problema de 1.200 millones de seres.
Es seguro que alguien “huele a azufre” (Bush), pero hay zapatos que han pisado mierda y se limpian la suela sobre la libertad, la opinión y la democracia. Yo me iré “al carajo”(Chávez) pero jamás un linchamiento, una venganza contra cosa, animal o persona ha dado buenos resultados. Este no es el Nuevo Socialismo del Siglo XXI con el que debe soñar todo ser humano. El viejo slogan francés que me enseñó mi padre fue: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
Ante un acercamiento a nuestros hermanos de sangre de Cuba y Venezuela y otros países de los llamados “raros”, el ciudadano de a pie se muestra perplejo, no comprendemos la alta política, los bajos fondos de los Estados o de las alcantarillas diplomáticas. No hay ninguna duda que España apuesta por la paz, la concordia y la amistad con el resto del mundo. Aplaudimos la retirada de Irak porque somos pacíficos y nuestro ejército no debe ser combativo, sino defensivo y humanitario. Hasta el nuevo presidente de Francia señor Sarkozy tomó ejemplo de esas formas y maneras de nuestro presidente y, tal vez, le sirvió para ganar las elecciones. Quizás esa derecha aplique y adopte medidas progresistas y no conservadoras, la prueba es que ha fichado ministros de la izquierda y de centro.
El efecto ZP puede ser un gran bálsamo porque hasta Condolenza Rice solo nos llama al orden por Fidel y Chávez, y no nos castiga por ser independientes del gendarme de EE.UU. Estámos expectativos con el nuevo socialismo del siglo XXI que pregona Hugo Chávez, presidente electo de Venezuela, que denomina “chavismo” o “bolivarismo”. Pero su slogan “socialismo, libertad o muerte” suena a viejos alegatos contra el imperialismo arcaico o a islamista radical. Creo que es mejor “humanismo y vida”. Chávez es la reencarnación de un Simón Bolívar, pero anclado en un pasado caduco. Hoy un país democrático no cierra emisoras de radio o televisión, ni silencia a los periodistas, ni encarcela a escritores disidentes por sus ideas como sucede en Cuba o asesinan a periodista como en Rusia. Un país libre y democrático denuncia a esos medios o empresas ante la justicia, como ocurre en España con la COPE, y las leyes, los tribunales o el pueblo son los que dan o quitan la razón. No se actúa como la camorra o los capos de la droga.
En Venezuela se tiende al poder absoluto del Estado, al mandar sobre las personas y sus mentes, al igual que en Cuba, Corea o la antigua URSS, el viejo y utópico comunismo. Es cierto que hay una vergonzosa desigualdad en las clases sociales, un enorme desequilibrio en las economías, corrupción, evasión de capitales, empresas dominadas por foráneos… Pero no se puede ser populista con el maná del petróleo, algún día se acabará y se morderán unos a otros. Es necesario crear riqueza, empresas, escuelas, universidades, centros de formación, etc. Hasta la China comunista se ha dado cuenta que la revolución empieza por el trabajo, la paz y la libertad del ciudadano, aunque está a años luz de solucionar el problema de 1.200 millones de seres.
Es seguro que alguien “huele a azufre” (Bush), pero hay zapatos que han pisado mierda y se limpian la suela sobre la libertad, la opinión y la democracia. Yo me iré “al carajo”(Chávez) pero jamás un linchamiento, una venganza contra cosa, animal o persona ha dado buenos resultados. Este no es el Nuevo Socialismo del Siglo XXI con el que debe soñar todo ser humano. El viejo slogan francés que me enseñó mi padre fue: Libertad, Igualdad y Fraternidad.
# posted by ABRAHAM MENDEZ @ 9:02 a. m. 
