CARTAS AL DIRECTOR - Abraham Méndez

Durante años estuve en un comité empresarial que negociaba el convenio de mi sector, entre patronal y sindicatos. Las huelgas anunciadas que se hicieron por no llegar a mutuos acuerdos, se saldaron respetando los mínimos pactados, con visitas a algunas empresas de “piquetes informativos”, que realmente eran coactivos y obligaban al empleado a dejar su trabajo de inmediato. En alguna de las ardorosas manifestaciones se nos insultó, vejó y hubo intentos de agresión. Al fin la cordura hacía acto de presencia y se firmaba un nuevo convenio o la Generalitat arbitraba un laudo de “obligado cumplimiento”. Fin hasta el próximo año.

Hace unos días la huelga de “altos vuelos” que protagonizaron los pilotos de Iberia, fue un fracaso porque la patronal ya había cedido y tenían el documento sobre la mesa, a la plataforma reivindicativa se les vio el plumero y abandonaron la huelga. Entiendo que mientras se negocia, se habla, se dialoga, se ponen y aportan soluciones y argumentos sobre una mesa, en pro y en contra, no se rompe nada.

La huelga salvaje del Aeropuerto del Prat realizada por unos empleados temerosos de perder sus empleos no tiene justificación. La Ley, el Gobierno, los convenios y los contratos de traspaso entre empresas, respetan lugar de trabajo, horarios, sueldos y demás mejoras extra-salariales que están pactadas y en nómina. Es incomprensible que unos empleados que se suponen medianamente preparados (sus cartas al director justificándose lo demuestran) y aconsejados por las Centrales Sindicales hayan hecho una huelga salvaje, desproporcionada. Por lo tanto para subsanar su error deben pedir disculpas, purgar a los responsables exaltados, incendiarios e iletrados y reparar, si cabe, el mal hecho Está claro que la Ley de huelga es imprescindible para un país moderno.

Abraham Méndez Ramos
Empresario de Servicios