16.9.07
TODOS SOMOS MAHOMA
El autor intelectual y financiero del mayor ataque terrorista que se puede haber perpetrado en una ciudad y contra un edificio denominado las Torres Gemelas en EE.UU., es sin duda y por propia confesión en sus apariciones en televisión, es el árabe Osama Bin Laden, en su tiempo protegido de Estados Unidos, al igual que otros muchos que luego traicionan y muerden la mano que les dio de comer. Los autores materiales de los terribles actos del 11-S fueron jóvenes extremistas elegidos entre los mejores estudiantes o enfermos mentales de su propio pueblo. Se formó un grupo de asesinos en serie y comenzó por todo el mundo su Apocalipsis particular. En Madrid el 11-M, dejó una huella imborrable, al igual que en otros países del mundo han dejado odios, sangre, mutilados y muertes. Niños enfermos de religión que se han autoinmolado en sus desesperadas acciones, con cinturones bomba, por salvar al mundo de los infieles que no siguen los dictados de su profeta Mahoma o de su Dios Alá.
Ignoro el tipo de lavado de cerebro que desde niño les hacen a estos indefensos seres, parece que les colocan como un chip en su mente, que ponen en funcionamiento como una máquina de muerte y de destrucción cuando el guía espiritual quiere, en este caso Bin Laden, Al Qaeda u otras organizaciones terroristas, que actúan como franquicias del terrorismo pagadas por multimillonarios con intereses ocultos, de venta de drogas, armas o tráficos de mujeres o niños. He leído algo de los consejos de Mahoma y veo que su doctrina era para un tiempo y lugares determinados, donde tuvo que unir tribus y deshacer mitos y religiones a sangre y fuego. En su tiempo era lógico aplicar esas normas, ya que las hordas, los ataques a caravanas, a ciudades, la miseria, el hambre, la cultura, etc., hacía estragos entre los pueblos Árabes. Las inspiraciones divinas que el profeta Mahoma recibió de Alá, no fueron la destrucción y la muerte, fueron la protección del hombre y de la mujer de todo tipo, condición, raza o credo, intentando llevarlo a su pacífica y ordenada religión, pero no degollarlo por hereje. De eso no habla nada el Corán. Pero los integristas se han quedado anclados en un unos pasajes que los interpretan a su manera y cada uno tiene sus visiones apocalípticas o interesadas.
Todos somos Mahoma, Buda, Jesús y otros profetas o mensajeros de Dios, sea cual sea, porque dicen que es el mismo Dios con diferentes nombres según las latitudes. En nombre de Dios se mata a otros seres humanos, acciones bárbaras que Él no te ha pedido, pero lo exige desde el púlpito un Zulema o vendedor de mensajes divinos y sólo para obtener un egoísta beneficio celestial. Es incomprensible que jóvenes cultural, económica y genéticamente bien formados y preparados entren en ese mundo oscuro del terrorismo y no dediquen esos esfuerzos a la formación de sus pueblos, a la ayuda contra el hambre, a la creación de empresas, universidades, a la preparación de sus hijos y mujeres, en definitiva a la vida y no a la muerte. Dicen que los musulmanes deben degollar, asesinar a todo infiel por no aceptar sus doctrinas, creen que irán al paraíso y vivirán entre mieles y concubinas, no es verdad, Mahoma no pregonó eso. Unió a los hombres bajo una fe, pero no para matar sino para vivir. Yo creo en Mahoma, en Confucio, en Xiva, en Manitú, en Jesús, en el Judaísmo, el Hinduismo, el Islamismo, el Cristianismo y todos los ismos que se quieran mientras impartan la paz y el amor entre los seres humanos. Dice la Biblia que: “En el Juicio Universal serán separados los corderos de los cabritos, unos estarán al lado de Dios, los otros arderán en el fuego eterno”. ¿Apostamos a saber quieres estarán?
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS-Escritor
Ignoro el tipo de lavado de cerebro que desde niño les hacen a estos indefensos seres, parece que les colocan como un chip en su mente, que ponen en funcionamiento como una máquina de muerte y de destrucción cuando el guía espiritual quiere, en este caso Bin Laden, Al Qaeda u otras organizaciones terroristas, que actúan como franquicias del terrorismo pagadas por multimillonarios con intereses ocultos, de venta de drogas, armas o tráficos de mujeres o niños. He leído algo de los consejos de Mahoma y veo que su doctrina era para un tiempo y lugares determinados, donde tuvo que unir tribus y deshacer mitos y religiones a sangre y fuego. En su tiempo era lógico aplicar esas normas, ya que las hordas, los ataques a caravanas, a ciudades, la miseria, el hambre, la cultura, etc., hacía estragos entre los pueblos Árabes. Las inspiraciones divinas que el profeta Mahoma recibió de Alá, no fueron la destrucción y la muerte, fueron la protección del hombre y de la mujer de todo tipo, condición, raza o credo, intentando llevarlo a su pacífica y ordenada religión, pero no degollarlo por hereje. De eso no habla nada el Corán. Pero los integristas se han quedado anclados en un unos pasajes que los interpretan a su manera y cada uno tiene sus visiones apocalípticas o interesadas.
Todos somos Mahoma, Buda, Jesús y otros profetas o mensajeros de Dios, sea cual sea, porque dicen que es el mismo Dios con diferentes nombres según las latitudes. En nombre de Dios se mata a otros seres humanos, acciones bárbaras que Él no te ha pedido, pero lo exige desde el púlpito un Zulema o vendedor de mensajes divinos y sólo para obtener un egoísta beneficio celestial. Es incomprensible que jóvenes cultural, económica y genéticamente bien formados y preparados entren en ese mundo oscuro del terrorismo y no dediquen esos esfuerzos a la formación de sus pueblos, a la ayuda contra el hambre, a la creación de empresas, universidades, a la preparación de sus hijos y mujeres, en definitiva a la vida y no a la muerte. Dicen que los musulmanes deben degollar, asesinar a todo infiel por no aceptar sus doctrinas, creen que irán al paraíso y vivirán entre mieles y concubinas, no es verdad, Mahoma no pregonó eso. Unió a los hombres bajo una fe, pero no para matar sino para vivir. Yo creo en Mahoma, en Confucio, en Xiva, en Manitú, en Jesús, en el Judaísmo, el Hinduismo, el Islamismo, el Cristianismo y todos los ismos que se quieran mientras impartan la paz y el amor entre los seres humanos. Dice la Biblia que: “En el Juicio Universal serán separados los corderos de los cabritos, unos estarán al lado de Dios, los otros arderán en el fuego eterno”. ¿Apostamos a saber quieres estarán?
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS-Escritor