30.4.07

 

EL CÁNCER SE CURA

Desde que tengo cáncer con metástasis ganglionar, he leído diversos libros, informado en Internet, he tomado productos homeopáticos, brebajes vitamínicos, dieta con zumos, químicos alimenticios, veneno de escorpión, pastillas diversas, hierbas... Para curar el cáncer cada uno te da su tratamiento como las inyecciones de muérdago, extractos de aloe-vera, el cactus arborense, la uroterapia, el Essiac, el Laetrile, la Sinergia, el Reiki... Pero cuando el cuerpo no responde a todos estos inventos debes acudir a la medicina tradicional la “quimio” y la “radio”, hoy por hoy la única solución radical es la química o la operación.

Cada día nos levantamos con nuevas expectativas, que vislumbran soluciones a las decenas de cánceres que padecemos y a la cantidad de muertos que nos rodean. Se crean centros, institutos, fundaciones, hospitales y los laboratorios trabajan a marchas forzadas siguiendo las líneas de los investigadores, que buscan nuevos productos, nuevas terapias, estrategias y coctails de fármacos para combatir este mal. La esperanza que lo logren dependerá muchas veces de la suerte, de la casualidad en las mezclas y los resultados en los animales de laboratorio, para luego ser probados en el ser humano. Los enfermos nos vemos en las salas de espera o en las de “quimio” y comentamos nuestras historias, nos miramos con cara de tristeza de impotencia, tenemos resignación, soltamos lágrimas en nuestras soledades, pero tenemos esperanza.

El prestigioso Médico-Oncólogo doctor José Ramón Germá Lluch acaba de presentar el libro “50 Historias reales de esperanza”. Historias de enfermos reales que superaron y curaron su cáncer, aunque muchos quedaron en el camino, como el mismo me dijo el otro día, que incluso varios colegas oncólogos habían fallecido. Creo que lo tengo claro, sé lo que tengo, sé lo que he de hacer y sé que debo seguir el consejo de mi médico que es el que sabe de verdad lo que tengo. Es la única forma de no “comerte el coco”, más de la cuenta. “El vocablo “metástasis es uno de los más utilizados y temidos dentro del argot oncológico, es incurable a todas, todas... la palabra cáncer empieza a perder la connotación tan aciaga que tenía hace apenas veinte años...”. El doctor nos aconseja que siempre tengamos ESPERANZA, con mayúsculas. Añado la terapia del arte, la música, la escritura, el deporte, la generosidad, la risa... Y con estas ilusiones seguir haciendo cosas, colaborar, ayudar, perdonar, amar... en definitiva ganas de seguir viviendo, mientras morimos un poco cada día.

ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS

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