17.9.07
LA MISA
La celebración de la Santa Misa se remonta a la última cena que Jesús ofreció a sus discípulos, en las que partiendo el pan y ofreciendo el vino dijo: “Tomad bebed y comed porque esta es mi sangre y mi cuerpo…” Según muestran todos los cuadros y obras en esa última celebración la mayoría de sus comensales estaban frente al dibujante o artista que plasmó la obra. Salvo en las esquinas, donde un Judas esconde la bolsa de 30 monedas de plata por su traición. Ello quiere decir que Jesús jamás dio la espalda a sus discípulos, es más nunca dio la espalda a nadie, siempre fue de frente a enfrentarse a su destino.
Por eso me extraña que la Santa Madre Iglesia a través de su voz vaticana y siguiendo instrucciones del Papa Benedicto XVI ponga en vigor el “Motu Proprio-Summorum Pontificum”, antiguo rito implantado por Pío V y readaptado al actual en el II Concilio Vaticano de Pablo VI en 1970, es decir ofrecer la misa, la Eucaristía frente a los feligreses, de cara a cara, sin dar la espalda ninguno de los celebrantes. Además se le añade otra vez el latín y se adereza con los viejos cantos gregorianos. Es decir nueva empanada mental para el practicante, que otra vez no se enterará de nada. Los sesudos jefes de la Curia dicen que “el feligrés que no entienda nada debe callar y escuchar en silencio, para estar solo pendiente de Dios”. La santa hostia, el cuerpo de Cristo, tampoco se puede tocar con tus impuras manos, y se ha de recibir siempre de rodillas, aunque tengas artrosis galopante y se depositará directamente en la lengua. Recuerdo que de niño cuando tocabas una oblea, dicen que te tenían que limar las huellas de los dedos, ¡qué bestias! Espero no obliguen nuevamente a la mujer a cubrir sus hermosos cabellos o grasientos cabellos con el clásico velo negro o con una manta zamorana. Volver al pasado es lo mismo que le ocurre al Islam integrista.
Estamos en la época de la cibernética, de Internet, de los satélites donde se ofrecen las misas por la tele, te ofrecen ciberpeticiones, aceptan nuevas vocaciones y te pueden confesar por e-mail y hasta verte con tu sacerdote frente a frente y explicarle tus demonios. Existe hasta el rosario moderno, no el tradicional de las cuentas una a una, hoy se puede rezar con un aparato que venden en las tiendas del Vaticano, una especie de huevo con imágenes religiosas donde se oye una vez femenina, te va guiando en los gozos y las sombras. Es por ello que me sorprende que una religión que comenzó hace 2000 años por su principal protagonista Jesús de Natzateh y que se crearon los primeros símbolos y ritos, no evolucionen y se queden como un integrismo, un conservadurismo y no un progresismo y actualizada forma de ver hoy el mundo moderno.
La Iglesia que había abierto sus puertas a todo ser que quisiera decir algo a través de sus canciones, músicas, poemas, espectáculos, espero no cierren esos lugares de culto, porque sus sacerdotes den la espalda a sus feligreses. Aunque a mí me da igual porque hace siglos que no voy a Misa salvo bodas, comuniones o entierros y estos últimos los justos, por lo tanto está claro que mi opinión no cuenta. Mis pecados seguro que son muchos y mis golpes de pecho pocos.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS
Por eso me extraña que la Santa Madre Iglesia a través de su voz vaticana y siguiendo instrucciones del Papa Benedicto XVI ponga en vigor el “Motu Proprio-Summorum Pontificum”, antiguo rito implantado por Pío V y readaptado al actual en el II Concilio Vaticano de Pablo VI en 1970, es decir ofrecer la misa, la Eucaristía frente a los feligreses, de cara a cara, sin dar la espalda ninguno de los celebrantes. Además se le añade otra vez el latín y se adereza con los viejos cantos gregorianos. Es decir nueva empanada mental para el practicante, que otra vez no se enterará de nada. Los sesudos jefes de la Curia dicen que “el feligrés que no entienda nada debe callar y escuchar en silencio, para estar solo pendiente de Dios”. La santa hostia, el cuerpo de Cristo, tampoco se puede tocar con tus impuras manos, y se ha de recibir siempre de rodillas, aunque tengas artrosis galopante y se depositará directamente en la lengua. Recuerdo que de niño cuando tocabas una oblea, dicen que te tenían que limar las huellas de los dedos, ¡qué bestias! Espero no obliguen nuevamente a la mujer a cubrir sus hermosos cabellos o grasientos cabellos con el clásico velo negro o con una manta zamorana. Volver al pasado es lo mismo que le ocurre al Islam integrista.
Estamos en la época de la cibernética, de Internet, de los satélites donde se ofrecen las misas por la tele, te ofrecen ciberpeticiones, aceptan nuevas vocaciones y te pueden confesar por e-mail y hasta verte con tu sacerdote frente a frente y explicarle tus demonios. Existe hasta el rosario moderno, no el tradicional de las cuentas una a una, hoy se puede rezar con un aparato que venden en las tiendas del Vaticano, una especie de huevo con imágenes religiosas donde se oye una vez femenina, te va guiando en los gozos y las sombras. Es por ello que me sorprende que una religión que comenzó hace 2000 años por su principal protagonista Jesús de Natzateh y que se crearon los primeros símbolos y ritos, no evolucionen y se queden como un integrismo, un conservadurismo y no un progresismo y actualizada forma de ver hoy el mundo moderno.
La Iglesia que había abierto sus puertas a todo ser que quisiera decir algo a través de sus canciones, músicas, poemas, espectáculos, espero no cierren esos lugares de culto, porque sus sacerdotes den la espalda a sus feligreses. Aunque a mí me da igual porque hace siglos que no voy a Misa salvo bodas, comuniones o entierros y estos últimos los justos, por lo tanto está claro que mi opinión no cuenta. Mis pecados seguro que son muchos y mis golpes de pecho pocos.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS
# posted by ABRAHAM MENDEZ @ 2:13 p. m. 
