CARTAS AL DIRECTOR - Abraham Méndez

Hoy he pasado la tarde con mi abuelito. Mi mami tenía que estudiar y mi abuelita (mi bemba) tenía sus cosas que hacer. Mi abuelo me ha llevado al cine a ver una película de un ratón cocinero. Me ha comprado unas piruletas, palomitas y agua. He llorado y reído y “mi bembo”, así llamo yo a mi abuelito, me abrazaba y besaba cariñosamente mientras me explicaba lo que no entendía. Al finalizar la película me esperaba otra sorpresa, hemos ido a un parque infantil de atracciones. He subido en el coche de bomberos, el elefante, un deportivo y en un caballito. Entre las luces de colores y las vueltas del tío vivo veía a “mi bembo” que me lanzaba besos y un saludo con la mano. Yo me sentía feliz y seguro. Él parecía muy contento. Luego me ha comprado una horchata y un suculento helado de fresa ¡huy, qué rico!

Al volver a casa de mis “bembos” me he quedado dormido en el coche como un angelito. Mis abuelitos me han desnudado, puesto el pañal y el pijama y me han acostado. He dormido plácidamente y no me he enterado de nada. Ha sido una tarde inolvidable, pero seguro que por mi edad la olvidaré, aunque espero hayan más. ¡Os quiero abuelitos!

Este es el relato de mi nieto un niño de tres años, que me hubiera gustado que escribiera, para que se me cayera la baba como un bebé. Este es un mensaje para todos los abuelos del mundo y para los niños que no pueden gozar de los mismos.

ABRAHAM MENDEZ (el bembo)