20.9.07

 

HAGA DE ALCALDE

En las épocas del díscolo Pasqual Maragall cuando fue Alcalde de Barcelona, se le ocurrió la idea de pedir a los ciudadanos aportaciones cívicas, culturales, sociales, culturales, empresariales, etc. y que las enviaran al Ayuntamiento, el slogan era: Haga de Alcalde. A modo de reina por un día. La idea cuajó y muchos barceloneses remitimos nuestras propuestas al Consistorio, aportando nuestro granito de arena. En mi caso y por orden del señor Alcalde me llamó un personajillo de un oscuro departamento, el cual dijo que me citaría día y hora, pues mis propuestas eran tenidas en cuenta. Jamás me llamaron, debe hacer unos 15 años. No me extraña que a veces el pagano ciudadano no se fíe y dé la espalda a las administraciones que solo quieren al contribuyente para cobrar impuestos y multas.

Hoy se repite la historia y el flamante joven y nuevo Alcalde, en precario de votos, señor Jordi Hereu, pone en marcha el plan con el slogan: ¿Tú que harías?, en plan reto. Busca que los ciudadanos, que son los únicos que pisan el día a día el asfalto, van en coche, bici, metro, autobús, tranvía o bajan a las alcantarillas se impliquen en el buen funcionamiento de la ciudad y presenten sus propuestas o comentarios sobre el plan de actuación municipal. Está claro que los políticos van en coche, con ventanillas oscuras, su móvil sacando humo y su cartapacio contra el político de turno, jamás pisan, ni pasean por su ciudad. Están en las nubes o por encima del bien y del mal o de los problemas domésticos, son políticos y sus neuronas no dan para más. Idea aconsejable a todas las ciudades y pueblos de España. Se puede participar con los más modernos sistemas de comunicación, en un boletín, por Internet, en una web, un blog, por teléfono directo y con móvil el sms. Es decir todo tipo de facilidades para participar con nuestras peregrinas o innovadoras ideas y mejores luces. Animo a colapsarlo todo, a enviarle todo lo que nuestras neuronas piensen, nuestras elucubraciones sueñen, nuestros deseos más profundos, nuestras ideas más peregrinas, pide, pide y se te dará. Ya no hay excusas para quejarse, porque la ciudad será lo que quieran los ciudadanos. O no. ¡Llámeme, señor Alcalde, llámeme!

ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS-Escritor

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