CARTAS AL DIRECTOR - Abraham Méndez

Muchas empresas contemplan en sus respectivos convenios colectivos el reparto una vez al año de los denominados “beneficios”. Normalmente es una cantidad, un plus, una especie de paga añadida a las que ya existen, aunque la empresa no obtenga beneficios. Otras entidades “distraen” sus fondos propios y los gestionan para obtener unas ganancias y beneficios para sus trabajadores, pensionistas o previsión de jubilaciones Cualquier tipo de reparto es positivo si beneficia el bolsillo del empleado, sin mermar la capacidad de gestión y continuidad de la empresa.

Traducida la explicación a nuestra gran empresa de Hacienda y Economía, la que solo recauda y gestiona nuestros dineros, estaremos de acuerdo que todo lo que obtiene es “beneficio directo”, pues no fabrican, ni crean, ni confeccionan, ni construyen, ni invierten, ni especulan. Es decir no generan por sí mismos nada, sólo manejan unos presupuestos en función de unas recaudaciones. Y lo emplean o gastan allí donde se supone que es más necesario, como sanidad, transportes, escuelas, carreteras, funcionarios y reparten según el PIB de cada Comunidad o número de habitantes.

El prestigioso Ministro de Economía y Hacienda señor Pedro Solbes, el guardián de las llaves de la caja, a instancias de nuestro Gobierno, está haciendo bien en repartir los “beneficios sobrantes” de las recaudaciones que durante años de austeridad franciscana llenó las arcas del tesoro. Digan lo que digan los del Mundo mundial, los Cope-herniados, los Federicos y Vidales de turno, todos los Abecedarios de la Época, gaviotas de mal agüero y otros negativos informativos. Economistas de reconocida entidad dan la razón a estos repartos y hasta la empresarial CEOE, que siempre negó el “pan y la sal” al Gobierno, con su antiguo y caduco presidente, hoy aplaude este reparto a todos los ciudadanos. Aunque sean medidas preelectorales, nadie debe criticarlas. La derecha, ahora, está ofreciendo más manzanas de un cesto que aún no tienen, pero tomamos nota por si son interesantes sus propuestas para el pueblo. Las urnas serán las que lo dirán.

ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS-