10.10.07
NUESTRO PAN DE CADA DÍA
Desde tiempos inmemoriales el hombre vive del pan. Debió de ser uno de los mayores descubrimientos de alguno de nuestros ancestros. La siega de esta mies siempre fue muy dura, con una pesada guadaña se hacía el corte del trigo, cebada, etcétera. La harina que se extrae de diferentes plantas gramíneas ha servido de alimento básico durante siglos a la humanidad. Muchas civilizaciones se han alimentado de arroz, frutas, cereales, carne, pescado…pero el pan no ha faltado nunca en sus diferentes formas y colores, salvo en China y países orientales que no comen este tipo de pan, si no otro que parece espuma. Seguramente por el pan se ha hecho guerras en la antigüedad y se han producido revueltas por su necesidad, hoy sobre este producto existen otro tipo de luchas económicas, compra y venta de empresas y tiburones empresariales que cotizan en bolsa.
Se vive y se muere por el pan, da la vida y la muerte y se transforma según los creyentes en el cuerpo de Cristo en la Eucaristía. Jesucristo ante una multitud hambrienta que lo seguía multiplicó unos panes y unos peces y les dio de comer. Hay países que tienen sometido a su pueblo y les privan de este alimento básico, les controlan la harina y el pan elaborado. Hacen que escasee y suben los precios como quieren y las gentes humildes, con escasos recursos económicos, se ven privadas de su alimento, de su pan. Es entonces cuando se justifica una revolución, el pueblo se revela, sale a la calle, protesta y muere. Esto ha sucedido en toda la historia de la humanidad.
Que esto suceda a principios del Siglo XXI es inaudito. Está ocurriendo en Birmania (Myanmar) que la gente está muriendo por el aumento del pan y de otros bienes de primera necesidad. El ejército por el mandato de sus sátrapas gobernantes está matando a monjes budistas y población civil indiscriminadamente. Se repite la historia que ya sucedió hace años y asesinaron a 3000 personas. Esto también ocurrió en Marruecos con el Rey Hassan II, donde imperaba la sumisión más absoluta sobre vidas y haciendas, hubo una represión contra su pueblo que se quejaba por la subida del pan y fueron asesinadas 100 inocentes personas. La historia se repite. El heredero de la corona y de los designios de Marruecos, el Rey Mohamed V, se encuentra en la misma situación que su padre. Han subido la harina, el pan y otros productos de primera necesidad. El pueblo se ha levantado, protestando pacíficamente contra esta injusticia, en la ciudad de Sefru, cerca de Fez, y otra vez el ejército con las armas en sus manos, la gendarmería real y los agentes secretos someterán al silencio a sus ciudadanos, para que se callen, no protesten y se mueran de hambre. Mientras en los lujosos palacios de su Rey se malgasta a manos llenas y los corruptos dirigentes y funcionarios viven como dioses en sus harenes con bellas mujeres y dulces mieles, antes de creer que llegarán al paraíso prometido. Todos los tiranos arrojan el sobrante de pan a los perros y olvidan las migajas del hambre del hombre, de su propio pueblo, de sus congéneres en definitiva.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS
Se vive y se muere por el pan, da la vida y la muerte y se transforma según los creyentes en el cuerpo de Cristo en la Eucaristía. Jesucristo ante una multitud hambrienta que lo seguía multiplicó unos panes y unos peces y les dio de comer. Hay países que tienen sometido a su pueblo y les privan de este alimento básico, les controlan la harina y el pan elaborado. Hacen que escasee y suben los precios como quieren y las gentes humildes, con escasos recursos económicos, se ven privadas de su alimento, de su pan. Es entonces cuando se justifica una revolución, el pueblo se revela, sale a la calle, protesta y muere. Esto ha sucedido en toda la historia de la humanidad.
Que esto suceda a principios del Siglo XXI es inaudito. Está ocurriendo en Birmania (Myanmar) que la gente está muriendo por el aumento del pan y de otros bienes de primera necesidad. El ejército por el mandato de sus sátrapas gobernantes está matando a monjes budistas y población civil indiscriminadamente. Se repite la historia que ya sucedió hace años y asesinaron a 3000 personas. Esto también ocurrió en Marruecos con el Rey Hassan II, donde imperaba la sumisión más absoluta sobre vidas y haciendas, hubo una represión contra su pueblo que se quejaba por la subida del pan y fueron asesinadas 100 inocentes personas. La historia se repite. El heredero de la corona y de los designios de Marruecos, el Rey Mohamed V, se encuentra en la misma situación que su padre. Han subido la harina, el pan y otros productos de primera necesidad. El pueblo se ha levantado, protestando pacíficamente contra esta injusticia, en la ciudad de Sefru, cerca de Fez, y otra vez el ejército con las armas en sus manos, la gendarmería real y los agentes secretos someterán al silencio a sus ciudadanos, para que se callen, no protesten y se mueran de hambre. Mientras en los lujosos palacios de su Rey se malgasta a manos llenas y los corruptos dirigentes y funcionarios viven como dioses en sus harenes con bellas mujeres y dulces mieles, antes de creer que llegarán al paraíso prometido. Todos los tiranos arrojan el sobrante de pan a los perros y olvidan las migajas del hambre del hombre, de su propio pueblo, de sus congéneres en definitiva.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS