CARTAS AL DIRECTOR - Abraham Méndez

Acaba de fallecer, prematuramente 58 años, el filósofo, periodista, historiador, doctor en psicología don Alberto Garrido, analista de la figura del presidente de Venezuela el histriónico señor Hugo Chávez, del cual llegó a escribir hasta 16 libros de sus andanzas. Es casi seguro que murió de alegría al ver que el rey de España lo llamó al orden, los estudiantes no quieren este tipo de revolución y el pueblo le ha dado la espalda, con un pírrico, pero autentico NO a su proyecto de autocracia, de revolución totalitaria. Este gobernante no quiere la democracia para su país, quiere una dictadura militar, al estilo de Cuba y Corea. Un ordeno y mando y perpetuarse en el poder como la mayoría de dictadores.

Creo que el pueblo venezolano no se merece este personaje, la gente debe pasar de él. Es como el bufón de palacio. Su ¡haló, presidente! ya pasa de castaño oscuro, parecen las pláticas de horas de Castro, al que pretende imitar. Un Jefe de Estado no debe ser un predicador, un mesias, un iluminado, porque se convierte en un brujo que hace budú para tener sometido a sus ciudadanos. Está tan obsesionado con el poder que quiere imponer a su pueblo su ley. El nuevo Socialismo del Siglo XXI que quiere imponer, no es por consenso de su pueblo, es por ordeno y mando. Esas dictaduras socialistas se quedaron en el Telón de Acero y ese muro ya desapareció. Agradezco la lectura, publicación y respuesta a mis CARTAS Y ARTICULOS AL DIRECTOR.
El comunismo de Cuba, el de Bolivia y el que pretende Venezuela no es beneficioso para los ciudadanos. Son delirios de grandeza, de querer pasar a la historia a la fuerza. Cierto es que el poder debe ostentarlo el pueblo, amparado en una Constitución aceptada por todas las fuerzas políticas. Pero el señor Hugo Chávez, se refugia en el inculto populacho, jalea a las gentes necesitadas, las que durante siglos fueron explotadas por otros dictadores, les regala petrodólares y con cuatro migajas los someterá a su voluntad. Como en Cuba una serie de controladores, vigilarán al controlado y a éste el ejército y al ejército la mano del rey Hugo I, único con mando en plaza y cetro en mano.

En mi modesto análisis de la lectura y visión diversa, observo que es un individuo egocéntrico, mal educado, grosero, pesado, sin diplomacia, ni mesura en sus actos, bravucón, pendenciero, falso y mentiroso. Son síntomas neuróticos, de un enfermo psíquico y por menos a otros infelices mortales los meten en el manicomio. Su frase calificando de “victoria de mierda” dedicada a la decisión de su pueblo de votar contra él, es inadmisible. Cuando Yo creo que ha triunfado la coherencia, la verdadera libertad. Su verborrea frente a los medios de comunicación y contra todos es de mal dirigente. Y es mentiroso porque nuestro príncipe Felipe no tiene mandato del rey de pedir excusas. Ni yo como ciudadano de España autorizo a nadie a pedir perdón por decir ¿te puedes callar?. Otra cosa es que diplomáticamente se actúe con educación y corrección si se presenta la ocasión de saludar al señor Chávez, porque lo cortés no quita lo valiente.

ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS