13.12.07

 

DEVOLVER “EL CASCO”

Cuando era niño, años 50, iba a comprar la leche con una lecherita de aluminio y pedía lo que mi mamá me encargaba. Pocos líquidos estaban embotellados y se vendía mucho a granel Las botellas de cristal del champán, hoy cava, se retornaban y vendían a los traperos y recuperabas algunas pesetillas. Los sifones, gaseosas, yogourts y otras bebidas podías devolver “el casco” y abonar solo el producto. A los mercados y tiendas se acudía con unas bolsas de hule, paja o tela que reutilizabas constantemente. Pero el consumo desmesurado, puso de moda las prácticas bolsas de plástico. Hoy las estanterías están repletas de briks, botellas desechables, cosas enfundadas en plásticos, etc. y se ha impuesto el usar y tirar. Hay establecimientos en el extranjero que cobran la bolsa de plástico y en otros debes comprar una cesta un poco más consistente. Tienen una gran capacidad y sirven para múltiples ocasiones. En Inglaterra ya no dan bolsas de plástico, las venden por ley. En Amsterdam (Holanda) merced a una iniciativa personal de Caroli Buitenhuis, aprovecharán las bolsas usadas, el cliente las devolverá al supermercado, las depositará dentro de un recipiente y otros usuarios las volverán a aprovechar. Cualquier fórmula es buena si logra su objetivo de prevenir el desastre que se avecina.

Si viajas por el mundo observarás la cantidad de bolsas de plástico que invaden calles, carreteras y campos. Sobre todo en países árabes y del tercer mundo. Por doquier hay centenares de bolsas de plástico sujetadas entre arbustos, plantas y maleza, deteriorando el medio ambiente y la imagen general y poniendo en evidencia a los sucios ciudadanos. En España usamos unas 100 mil toneladas de bolsas de plástico. Aunque este producto no es el culpable del maltrato de la tierra, porque es peor la polución, los vertidos de petróleo, los incendios, los venenos de empresas que tiran a ríos y mares, las bombas, viejas nucleares, lluvias ácidas, basuras en general y los desechos que se arrojan a las alcantarillas y sigue el ciclo de emponzoñar la tierra.

En estos 50 últimos años hemos deteriorado nuestro planeta, tierra, mar y aire está contaminado y estamos enfermando todos, personas, animales y plantas. Hoy debemos hacer marcha atrás. La mayoría de Ayuntamientos está instalando contenedores, depósitos de basuras y de tratamientos de residuos para poder reciclar, reutilizar nuestros desperdicios. Se crean lugares “limpios” donde depositar enseres y trastos. Parece que ese es el buen camino. Gracias a las denuncias y concienciación de las personas con espíritu ecológico se logrará paliar los perversos efectos de nuestras miserias. El señor Al Gore, expresidente de EE.UU., es un claro defensor de esta lucha contra el deterioro del medio ambiente, pese a detractores o renombrados primos. Su mensaje transmitido en DVD, que he visto, es real e impactante.

La utilización de bolsas de plástico es un mal menor, casi intranscendente, ya que con inteligencia se pueden volver a reutilizar como bolsas de basuras y son reciclables al 100%, aunque no son biodegradables. Ya no hay traperos, pero creo que las administraciones y las empresas deberían volver a “comprar los cascos” nuestros desechos (pilas, cristal, bombillas, móviles, ordenadores, botellas…) Es seguro que su devolución y abono de unas monedas favorecería el reciclado, la fidelidad al producto, a la marca, ayudarían a la tierra y nuestros bolsillos lo agradecerían. Es un cambalache justo: “cobrar por entregar”.

ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS –Exempresario de Limpieza- Escritor

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