CARTAS AL DIRECTOR - Abraham Méndez

No diré ni un solo nombre de nadie si no es en presencia de mi abogado, porque a buen entendedor… El empecinamiento, la claudicación, la irresponsabilidad de un gobernante se demuestra cuando cede a las pretensiones de un grupo terrorista. Y en cambio no escucha la voz mayoritaria de la calle que no quiere según que tipo de aventuras y desea vivir en paz y concordia con sus vecinos. Alguien más inteligente que yo ha dicho: “¡…hay desafíos, pero esto es un desvarío!”

Es lícito que cada pueblo busque sus raíces, su identidad, su etnia, el saber de dónde vienes y a dónde vas. Todo hijo necesita saber quienes son sus padres, hermanos y familiares más cercanos y mantener una buena armonía, unos afectos por lo propio y respeto por lo que la sociedad nos aporta de positivo. Ciudadanos que se ven cada día, trabajan codo a codo y conviven con ellos. Muchos somos diferentes por cultura, economía o lugar de nacimiento, algunos no tienen el mismo RH sanguíneo, pero no quieren emigrar, exilarse o autodesterrarse, porque desean vivir sin amenazas, terrorismos, bombas, secuestros, kaleborrokas, extorsiones o tiros en la nuca. La paz o deseos de independencia no debe jamás imponerse con las armas en la mano, si no por las urnas de la democracia, y con la formación, educación, civismo, tolerancia e información veraz al pueblo, y en último caso por la legal fuerza policial y judicial, de un Estado de derecho. No se puede hacer órdagos raros, en el juego del mus no se pueden hacer trampas que engañe a compañero y contrincantes, es perder seguro.

La ambición autonomista, separatista o secesionista de un gobierno tirano puede convocar un referéndum o consulta, estilo franquista, que la dictará con obligaciones y conforme a los exaltados y totalitarios acólitos de sus consejeros. Es intolerable que se pida a un pueblo que vote un futuro incierto, sin base legal alguna y saltándose todos los legales pactos y acuerdos vigentes. Con ello se agita, se intenta sublevar a una sociedad, un grito de ¡a las barricadas! Cuando es la minoría quien quiere una independencia y la mayoría no. Hay barómetros políticos en los medios de comunicación o vía Internet donde se pueden hacer este tipo de consultas para conocer la voluntad de un pueblo y así complacer a unos desalmados asesinos o a unos gestores políticos impacientes. Otra cosa muy diferente es que se plantee un cambio de la Constitución y se descentralice toda la geografía de un Estado, transformándose en Estados o Naciones Federadas. Este sí que es el gran reto del Siglo XXI para muchas pequeñas naciones de Europa.

ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS