11.10.07
MEMÓRIA HISTÓRICA
Una cosa es perdonar, otra muy diferente olvidar. Ningún partido político o institución seudofranquista puede pensar que el olvido, el pasar página y puede enterrar todo lo sucedido durante la guerra civil, como si nada hubiera ocurrido. Fue terrible. Entre los españoles hubieron trágicos asesinatos por ambas partes, entre hermanos, padres y familias que se enfrenaron por ideas políticas o según el territorio donde estabas viviendo. Luego vino el expolio que durante 40 años sometieron los vencedores a los perdedores. Los “vencedores” hicieron uso del arcaico “derecho de pernada”, del botín de guerra, del abuso de los exilados, a los que no dejaron volver y muchos murieron en tierras lejanas.
Se siguen reclamando edificios expropiados a Centrales Sindicales y sus bienes. Aún queda mucho por descubrir. Una asociación interpondrá una demanda judicial para pedir el dinero de sus cuentas corrientes que fueron expoliadas, saqueadas sin ninguna compensación. Muchos particulares, trabajadores y empresarios al huir de las balas y de las venganzas dejaron atrás bienes, propiedades, joyas y dinero en bancos y cajas fuerte. De todo ello se aprovechó el régimen franquista. Me gustaría saber si algún “prestigioso” notario de la época firmó traspasos de nuevas escrituras, cambiando de nombre la propiedad de algún asesinado, tirado a la cuneta o enterrado en un paraje desconocido. Nos sorprenderíamos de cuanta gente tiene las manos manchadas de sangre, pero los bolsillos llenos durante años de dictadura. Y hoy sigue su familia beneficiándose.
Por ejemplo, no sé porqué la familia Franco disfruta de El Pazo de Meirás, que es Patrimonio Nacional o propiedad del Gobierno de Galicia ¿Porqué esa engolada, poderosa y temida familia debe vivir en ese u otros lugares que no son suyos, de donde le vienen las fortunas, trabajan, tienen empresas, son consejeros, tienen jubilación…? Como estos personajes hay miles, que se siguen aprovechando de lo expoliado por el antiguo régimen y a los que aún debemos hacer reverencias. Dicen que a “todo cerdo les llega su San Martín” como les ha llegado a los sátrapas de Fujimori, familia Pinochet que los han metido en la cárcel, pero con dinero, poder, contactos de alto nivel y grandes abogados, entran por una puerta y salen por otra. Qué diferencia del que por necesidad, por hambre un padre de familia, roba una gallina y lo condenan a años de prisión. ¿Qué injusticia? ¿Debemos perdonar, olvidar? Yo quiero la Ley de Memoria Histórica, saber la verdad, no estar en la oscuridad, no para ir contra vencedores o vencidos sino para hacer justicia por ambas partes.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS
Se siguen reclamando edificios expropiados a Centrales Sindicales y sus bienes. Aún queda mucho por descubrir. Una asociación interpondrá una demanda judicial para pedir el dinero de sus cuentas corrientes que fueron expoliadas, saqueadas sin ninguna compensación. Muchos particulares, trabajadores y empresarios al huir de las balas y de las venganzas dejaron atrás bienes, propiedades, joyas y dinero en bancos y cajas fuerte. De todo ello se aprovechó el régimen franquista. Me gustaría saber si algún “prestigioso” notario de la época firmó traspasos de nuevas escrituras, cambiando de nombre la propiedad de algún asesinado, tirado a la cuneta o enterrado en un paraje desconocido. Nos sorprenderíamos de cuanta gente tiene las manos manchadas de sangre, pero los bolsillos llenos durante años de dictadura. Y hoy sigue su familia beneficiándose.
Por ejemplo, no sé porqué la familia Franco disfruta de El Pazo de Meirás, que es Patrimonio Nacional o propiedad del Gobierno de Galicia ¿Porqué esa engolada, poderosa y temida familia debe vivir en ese u otros lugares que no son suyos, de donde le vienen las fortunas, trabajan, tienen empresas, son consejeros, tienen jubilación…? Como estos personajes hay miles, que se siguen aprovechando de lo expoliado por el antiguo régimen y a los que aún debemos hacer reverencias. Dicen que a “todo cerdo les llega su San Martín” como les ha llegado a los sátrapas de Fujimori, familia Pinochet que los han metido en la cárcel, pero con dinero, poder, contactos de alto nivel y grandes abogados, entran por una puerta y salen por otra. Qué diferencia del que por necesidad, por hambre un padre de familia, roba una gallina y lo condenan a años de prisión. ¿Qué injusticia? ¿Debemos perdonar, olvidar? Yo quiero la Ley de Memoria Histórica, saber la verdad, no estar en la oscuridad, no para ir contra vencedores o vencidos sino para hacer justicia por ambas partes.
ABRAHAM MÉNDEZ RAMOS